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Lunes, 25 de Noviembre de 2024
 
Aire comprimido limpio para una mayor seguridad en el sector alimentario
 
El aire comprimido forma parte de los procesos de producción. Su vigilancia y control es clave para conseguir productos de alimentación de calidad y sin contaminantes.
 

Publicado por BEKO TECHNOLOGIES

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Las empresas productoras del sector alimentario y los gobiernos están cada vez más preocupados por la calidad de los alimentos.

 

Es un hecho que en los países industrializados existen normas y reglamentos que tratan de regular y controlar los productos alimentarios, evitando cada año multitud de intoxicaciones y problemas de salud.

 

Todos los productos, su origen, el proceso de fabricación, los análisis finales, su empaquetado, la cadena de distribución… están regulados y controlados.

 

Según AECOSAN (Agencia Española de Consumo Seguridad Alimentaria y Nutrición), “Los contaminantes son sustancias que no han sido añadidas intencionadamente a los alimentos, pero que se encuentran en los mismos como resultado de las distintas etapas que siguen a lo largo de toda la cadena alimentaria: producción, fabricación, transformación, preparación, tratamiento, acondicionamiento, envasado, transporte y almacenamiento; o como consecuencia de la contaminación medioambiental.”

 

¿Pero qué ocurre con el aire comprimido? ¿Se le da la importancia adecuada? El aire comprimido es una fuente de energía fundamental en la industria y forma parte de la mayor parte de los procesos.

 

El uso del aire comprimido en esos procesos no se limita al movimiento de la maquinaria auxiliar, sino que en muchos casos tiene contacto directo con el producto, con el envase, en procesos en que se sopla sobre el producto, al mezclar los ingredientes, o incluso es parte de la materia prima, lo que lo convierte en un elemento esencial en la producción del alimento terminado.

 

 

Al aire comprimido en contacto con el producto debe considerarse un punto crítico y quedar reflejado dentro del APPCC de la empresa. Diversas normas internacionales hacen mención de ello, por ejemplo la IFS menciona que “La calidad del aire comprimido que entra en contacto directo con los alimentos o con materiales para el embalaje primario, deben ser monitoreados en base al análisis de peligros y evaluación de riesgos asociados (punto 4.9.10.1) y que “El aire comprimido no debe suponer un riesgo de contaminación” (punto 4.9.10.2).

 

El modo adecuado de tratar el aire comprimido es el mismo que con cualquier punto crítico de control, se debe:

  • Localizar los puntos de contacto con el alimento
  • Cuantificar qué calidad es precisa
  • Tratar adecuadamente el aire para alcanzar la calidad deseada
  • Monitorizar para evitar la contaminación por fallos de la maquinaria
  • Registrar mediante documentación
  • Realizar un mantenimiento periódico del sistema de tratamiento del aire

 

El ambiente, los compresores y la instalación ¡puntos de atención!

 

Aunque parezca mentira, el gran aliado en la fabricación de los productos de alimentación puede ser una fuente de contaminación.

 

 

El compresor aspira el aire atmosférico para comprimirlo e inyectarlo en el proceso de producción. De esta forma tan sencilla se puede estar contaminando el producto. En esa corta frase figuran tres puntos de contaminación diferentes:

 

  • Aire atmosférico. El compresor aspira el aire que necesita comprimir, de acuerdo a las características de la instalación, y lo hace con todo lo que dicho aire lleva consigo, es decir, polvo, humedad, polen, gérmenes, hidrocarburos, etc. Todos estos contaminantes son comprimidos, aumentando su concentración en el proceso o condensándolos como en el caso del agua.

 

  • El compresor. El propio compresor puede ser un punto de contaminación importante. De forma general se pueden definir dos tipos de compresores: lubricados o exentos de aceite.
    • Los compresores lubricados utilizan aceite en el interior de la unidad compresora para sellar, refrigerar y lubricar. Aunque los compresores modernos incluyen sofisticados sistemas de separación, no pueden evitar que una pequeña parte del aceite de lubricación continúe en el aire comprimido su camino hacia la instalación.
    • Por el contrario, los compresores exentos de aceite no utilizan lubricantes en la zona de compresión, evitando de esta forma dicho contaminante. A pesar de todo, siempre existe el riesgo de una avería, con el consiguiente paso de aceite o de la aspiración de hidrocarburos como se ha visto en el punto anterior.

 

  • La instalación. Todos los elementos que componen la instalación entre el compresor y los puntos de utilización del aire comprimido son también posibles generadores de contaminación. Tuberías en mal estado, recipientes de aire comprimido oxidados, fugas de aire sobre el producto, etc.

 

La normativa ISO 8573 clasifica las diferentes calidades del aire comprimido en función del grado de contaminación que tienen, referido al polvo, humedad y residual de vapores de hidrocarburos.

 

La norma ISO 8573 es vital para los fabricantes a la hora de determinar la calidad del aire comprimido. Es importante que los fabricantes de alimentos identifiquen el grado de calidad adecuada para su producto. De esa forma, los profesionales del aire comprimido conocerán el nivel de pureza requerido por el productor de alimentos y podrán recomendar los equipos adecuados.

 

En todos los procesos de la industria de la alimentación, el aire comprimido se usa para diferentes aplicaciones y no en todas ellas se requiere el mismo grado de pureza:

  • Aire comprimido para servicios auxiliares.
  • Aire comprimido para cilindros y pilotaje.
  • Aire comprimido en contacto con alimentos secos.
  • Aire comprimido en contacto con alimentos húmedos.
  • Aire comprimido para homogeneizar mezclas.
  • Aire comprimido para producción de N2.
  • Aire comprimido para transporte.
  • Aire comprimido para empaquetado.

 

Desde el primer proceso hasta el último, las exigencias del aire son diferentes, pero

  • ¿Qué pasa si por un error se mezclan entre ellos?
  • ¿Se pueden usar aceites con grados alimentarios como lubricantes?
  • ¿Qué ocurre cuando el N2 que se utiliza para inertizar está contaminado?
  • ¿Qué ocurre si se produce una fuga accidental de aceite de lubricación o falla algún equipo de filtrado?

 

Evidentemente, se deben tomar todas las medidas posibles para asegurar que los equipos de aire comprimido y tratamiento están en perfectas condiciones de funcionamiento, pero también es necesario controlar y analizar constantemente el aire comprimido para evitar accidentes.

 

Es recomendable hacer auditorias periódicas o constantes del proceso según los parámetros de la ISO 8573 (humedad, partículas y aceite) para evitar riesgos. Estas auditorías tienen importantes ventajas sobre la calidad del producto, los riesgos a los consumidores y la imagen de la empresa productora de alimentos:

  • Aseguran la calidad de la producción.
  • Evitan la contaminación del producto y la posible intoxicación del consumidor.
  • Controlan el buen estado del sistema de aire comprimido.
  • Permiten certificar la calidad del proceso ante consumidores y entidades de control.
  • Evitan grandes pérdidas económicas debidas a la contaminación del proceso.

 

Por todo ello, los fabricantes de productos alimentarios deben invertir en control y seguridad. Ya no solo es una cuestión de calidad y seguridad sobre el producto que fabrican, sino de imagen de empresa y de una gran repercusión económica.

 

 

La peor de las pesadillas ocurre cuando una avería del compresor contamina con aceite la línea de producción. Este problema, más frecuente de lo que parece y que puede suceder tanto en compresores lubricados como exentos, provoca una contaminación del sistema: tratamiento, tuberías, válvulas, etc.

 

El coste de la limpieza de la instalación es altísimo, al que hay que sumar los costes por la parada de producción y los gastos por producción contaminada.

 

Para evitarlo, cada vez más empresas son conscientes de la importancia del control directo de la calidad del aire comprimido mediante equipos de medición on line del aceite, humedad y partículas.

 

En los países industrializados los procesos están muy controlados y las administraciones legislan y persiguen el incumplimiento de los mismos. En este artículo, solo se intenta informar del problema que puede surgir por la contaminación del aire comprimido, cómo evitarlo y los medios necesarios para su control y auditoría.

 

 

BEKO TECHNOLOGIES, especialista en tratamiento y control del aire comprimido, ha editado el libro blanco de la calidad del aire comprimido en los procesos alimentarios. En él explica la relación del aire comprimido y la seguridad alimentaria, la importancia de la calidad del aire y su supervisión, los factores de riesgo asociados a un aire comprimido de mala calidad y las normativas, con recomendaciones asociadas a la calidad del aire comprimido y ejemplos de aplicación.

 

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