El aumento de las temperaturas puede sobrecargar considerablemente los sistemas de aire comprimido y provocar numerosos problemas de mantenimiento. Durante los calurosos meses de verano, es fundamental aplicar medidas preventivas para garantizar que el compresor siga funcionando de forma eficiente y evitar cualquier avería.
Es esencial comprender cómo afectan el calor y la humedad al compresor de aire para solucionar estos problemas y garantizar la máxima eficacia operativa durante todo el verano. Si se siguen las directrices del fabricante del compresor de aire, se podrá garantizar un funcionamiento eficaz, minimizar el derroche de energía y prolongar la vida útil del sistema de compresión de aire.
Impacto del verano en los sistemas de compresión de aire
Las altas temperaturas estivales influyen en los niveles de humedad y densidad del aire ambiente. Estos cambios pueden afectar significativamente al sistema de aire comprimido.
- Menor densidad del aire: Cuando hace calor, la densidad del aire disminuye, lo que reduce la eficacia de los compresores de aire. Es posible que tengan que trabajar más para generar el mismo nivel de aire comprimido, lo que conlleva un mayor consumo de energía y una posible tensión en el sistema del compresor de aire y sus componentes.
- Aumento de la humedad: Los niveles de humedad más altos en verano pueden causar problemas en el sistema de aire comprimido. El exceso de humedad puede acumularse en los receptores de aire, las tuberías y los filtros, lo que provoca corrosión, reduce la calidad del aire del comprimido y puede dañar los equipos posteriores.
- Aumento de contaminantes: El tiempo caluroso tiende a aumentar la cantidad de contaminantes transportados por el aire, como el polvo, el polen y los residuos. Estos contaminantes pueden entrar en el sistema del compresor de aire, afectando negativamente a su rendimiento, obstruyendo los filtros y reduciendo la eficiencia general.
- Aumento en la carga del aceite: El aumento de la humedad y los contaminantes en el aire durante el verano puede hacer que el aceite de los compresores de aire lubricados con aceite se deteriore más rápidamente. Esto puede reducir las propiedades lubricantes y dañar los componentes internos de los sistemas de aire comprimido, lo que requiere cambios de aceite y mantenimiento más frecuentes.
Los problemas anteriores pueden afectar al compresor, obligando al sistema de aire comprimido a trabajar más para suministrar el aire necesario. El calor y la humedad del verano pueden tener efectos adversos en los sistemas de compresores de aire, provocando varias consecuencias negativas:
- Aumento del tiempo de inactividad: El sobrecalentamiento de los sistemas de compresores de aire causado por las altas temperaturas puede provocar paradas frecuentes de los equipos, lo que aumenta la frecuencia de las intervenciones de mantenimiento. Este aumento del tiempo de inactividad puede perturbar las operaciones y la productividad.
- Reducción de la eficiencia: El calor y la humedad ambientales, junto con posibles problemas como filtros obstruidos, pueden reducir la eficacia de los sistemas de aire comprimido. Esto puede provocar caídas de presión y un mayor consumo de energía, ya que el sistema de compresión de aire trabaja más para satisfacer las necesidades de salida de aire.
- Daños al equipo: En casos extremos, descuidar los problemas relacionados con el calor y la humedad puede dañar el compresor y sus componentes. El sobrecalentamiento y la tensión excesiva pueden provocar averías en los componentes, que requieren reparaciones o sustituciones costosas.
- Requisitos de mantenimiento frecuentes: Los veranos suelen requerir un mantenimiento frecuente. Aunque esto pueda considerarse una carga adicional, es crucial para garantizar la eficiencia y evitar averías más graves en los equipos.
Reducción del impacto del calor y la humedad en los sistemas de compresión de aire
Es crucial aplicar medidas preventivas para reducir los efectos del calor y la humedad del verano en los sistemas de compresores de aire:
Comprobación de los filtros y refrigeradores
- Comprobar, limpiar o sustituir los filtros para evitar sorpresas desagradables causadas por filtros obstruidos.
- Asegurarse de que el nivel de aceite del compresor es suficiente y en caso contrario rellenarlo. Los niveles bajos de aceite pueden hacer que el compresor se sobrecaliente, provocando daños o averías.
Limpieza del sistema de refrigeración (compresores y secadores)
- El sistema de refrigeración debe estar limpio y libre de obstrucciones, como polvo o residuos.
- Limpiar las aletas de refrigeración y considerar la posibilidad de utilizar un refrigerador adicional de aire para mejorar la eficacia del sistema de refrigeración.
Comprobación de la ventilación
- Asegurarse de que la sala de compresores está bien ventilada, especialmente cuando hace calor.
- Utilizar ventiladores o aire acondicionado para mantener una temperatura adecuada y evitar el sobrecalentamiento.
Comprobación de la configuración del punto de rocío
- Asegurarse de que el punto de rocío del secador está ajustado al nivel adecuado para la aplicación.
- Cuando hace calor, pueden aceptarse puntos de rocío más altos, lo que puede reducir el consumo de energía.
Comprobación de los ajustes de presión
- Cuando hace calor, es posible que el compresor tenga que trabajar más para mantener los niveles de presión deseados.
- Comprobar y ajustar los valores de presión para garantizar un rendimiento y una eficiencia energética óptimos.
Control de fugas
- Las fugas pueden desperdiciar una cantidad significativa de energía y aumentar los costes.
- Comprobar si hay fugas de aire en el sistema de aire comprimido y corregirlas rápidamente.
Aplicando estas medidas, se puede mitigar el impacto negativo del calor y la humedad del verano en el sistema compresor de aire, mejorando su rendimiento, eficiencia y longevidad.
Autor: Sovathya Koun, jefe de producto ELGi Compressors Europe.
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