FACSA, en colaboración con la Entidad Regional de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales (ESAMUR); el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CEBAS-CSIC), IPROMA, Arvia Technology y Atlantis Consulting Cyprus, ha puesto en marcha el proyecto LIFE AMIA.
El objetivo del nuevo proyecto es dar respuesta a problemas ambientales asociados a la baja tasa actual de reutilización de las aguas residuales por parte de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) en Europa, además de reducir el consumo energético del tratamiento.
Para ello, el proyecto, que forma parte del programa europeo LIFE, combinará un sistema compacto aerobio-anaerobio con un tratamiento con microalgas y la aplicación de técnicas de oxidación avanzada. Mecanismos que mejorarán la calidad final del agua depurada, facilitando tanto su reutilización en agricultura, como el uso de los lodos y microalgas resultantes del proceso como fertilizantes.
Cada año se tratan en Europa más de 40.000 millones de metros cúbicos de aguas residuales, de los cuales, únicamente se reutiliza un 2%. Además, el estrés hídrico afecta en la actualidad a 130 millones de habitantes de la UE (un 30%), la mayor parte ubicados en el Sur del continente y, según las previsiones, en el año 2050 la demanda de agua crecerá un 55% en comparación con los niveles de 2015. Ello implicará una mayor necesidad de recursos hídricos, tanto para usos agrícolas como urbanos, así como un incremento de la capacidad de tratamiento.
LIFE AMIA tiene como objetivo facilitar la regeneración de estas aguas con calidad suficiente como para que puedan emplearse de nuevo y, al mismo tiempo, reducir el consumo energético de las EDAR, minimizando a su vez las emisiones de efecto invernadero.
La planta demostrativa se instalará en la EDAR de Alhama, en Murcia y, durante la investigación, cada día se tratarán 12 metros cúbicos de agua residual.
El proyecto LIFE AMIA que tiene una duración de 40 meses y cuenta con un presupuesto de casi dos millones de euros, forma parte del programa europeo LIFE. Un instrumento financiero de la Unión Europea dedicado a la cofinanciación de proyectos a favor del medio ambiente.
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