El nuevo turbocompresor T 220 de BOGE es más pequeño que un compresor de tornillo exento de aceite con la misma potencia. Por ejemplo, el tamaño se ha reducido a la mitad y el peso, en dos terceras partes. La reducción del espacio de instalación ha sido posible gracias al uso de ejes de transmisión con y a la incorporación de potentes motores en un sofisticado proceso de compresión. De este modo, el turbocompresor presenta una eficiencia energética muy alta y genera un caudal 35,6 m³/min a una presión de 7,5 bar.
La eficiencia energética y los costes reducidos son las características que han llevado al grupo Barry Callebaut a utilizar los nuevos turbocompresores de Boge. Gracias a la serie T, el fabricante suizo de chocolate ahorra miles de euros al año, tanto en energía como en labores de mantenimiento.
Principio de compresión en tres etapas sin utilizar aceite
El principio de compactación se basa en una compresión de tres etapas que no utiliza nada de aceite. Dos motores de imanes permanentes accionan impulsores de titanio de diferente tamaño, garantizando una alta densidad energética. El régimen de 60.000 revoluciones por minuto se consigue sin necesidad de utilizar una transmisión. Y, como el árbol de accionamiento presenta un soporte neumático y se estabiliza por sí solo, no necesita ni energía adicional ni lubricantes, lo que lo diferencia de los rodamientos convencionales de cilindros o de imanes. De esta manera, como no se necesita lubricación para la mecánica de accionamiento, es posible prescindir de todos los componentes de un circuito de aceite, lo que a su vez ayuda a ahorrar aún más espacio, Además, también aumenta la fiabilidad del sistema, pues ya no es necesario realizar operaciones de mantenimiento en tantos componentes.
Sostenibilidad con ventajas económicas
El nuevo T 220 produce aire comprimido exento de aceite de la clase 0 y, gracias a su nivel de presión acústica de 70 dB(A), tiene un funcionamiento extremadamente silencioso. El precio de adquisición es realmente asequible y los costes de servicio reducidos, lo que se refleja en un coste total de la propiedad notablemente más bajo, mientras que el concepto de mantenimiento integral permite disponer de un alto nivel de seguridad en todas las labores de planificación. El contrato de mantenimiento tiene una validez inicial de cinco años, pero puede prorrogarse varias veces y ampliarse con un módulo adicional hasta un servicio completo.
Gracias al principio de diseño sostenible de BOGE, los usuarios se ven aliviados, tanto en el plano económico como en el ecológico, gracias a la eliminación del uso de aceite, a la reducción de las emisiones de CO2 asociada a la alta eficiencia energética y a la posibilidad de utilizar hasta el 80 % de la energía utilizada en forma en forma de calor.
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