Desde un punto de vista meramente definitorio, la tecnología disruptiva es un concepto que incluye cualquier innovación tecnológica que provoque un cambio radical tanto en consumidores, empresas o normativas sobre su forma habitual de operar.
La tecnología disruptiva es un concepto emergente que explica el desafío al que se enfrentan los mercados y consumidores ante una innovación tecnológica de gran nivel.
A menudo, una innovación tecnológica de este nivel genera la aparición de un nuevo mercado, con nuevos valores y retos que en ocasiones chocan frontalmente con el uso y costumbres habituales.
Estas tecnologías reemplazan completamente a sus predecesoras y ofrecen beneficios que se presentan como muy superiores abriendo nuevas expectativas al consumidor. Cuando una tecnología disruptiva llega a un mercado ya establecido puede provocar que los elementos o procesos existentes se vuelvan obsoletos e incluso desaparezcan. También puede afectar y provocar cambios en las normas e instituciones sociales.
Básicamente debe generar un cambio social importante y por lo tanto ser accesible a toda la sociedad o que con su implementación, los nuevos productos o servicios sean también accesibles a la sociedad en general.
En su día la aparición del automóvil, los nuevos tipos de barcos o la navegación aérea crearon un cambio radical en la forma de transporte de las personas. Fueron avances tecnológicos que provocaron en muy poco tiempo la desaparición de medios de transporte que habían sido esenciales durante milenios.
Este es un ejemplo clásico de tecnología disruptiva muy evidente de cómo se provocó un cambio social al ser una tecnología que de una forma u otra cambió la vida de los seres humanos.
La tecnología disruptiva tiene un profundo impacto en la sociedad, alterando la forma de actuar y creando oportunidades para el cambio y la innovación.
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