Una instalación de aire comprimido es un sistema complejo formado por muchos elementos imprescindibles para que el sistema funcione correctamente.
Uno de esos elementos es el purgador. Un purgador es un equipo que expulsa al exterior el condensado producido en una línea de aire comprimido.
En el proceso de compresión del aire comprimido se condensa parte del agua que el compresor aspira de la atmósfera. El aire atmosférico tiene una cantidad de vapor de agua, cuyo volumen depende de varios factores, este aire es aspirado por el compresor y condensado posteriormente.
Ese vapor de agua, una vez condensado dentro del sistema de aire comprimido, se transforma en un producto contaminante, que puede producir averías en los equipos que se alimentan del aire comprimido o interrumpir todo un proceso industrial.
En un proceso de pintura automatizado en la industria del automóvil, estos procesos utilizan el aire comprimido como elemento base para el pulverizado de la pintura. Si a ese sistema de pintura automatizado le llegara una parte del agua condensada, la pintura perdería sus características de acabado y adherencia, provocando un deterioro en la calidad del producto terminado.
Para eliminar ese condensado existen unos equipos denominados purgadores, que se instalan en los puntos o equipos donde se produce el condensado. Estos purgadores permiten la evacuación al exterior del condensado, eliminando el problema que pueda producir esa fase líquida.
El funcionamiento básico de un purgador de una línea de aire comprimido consiste en una válvula que se abre en presencia del condensado dejando que éste salga de la línea de aire comprimido.
En función del tipo de purgador, la forma en la que abre la mencionada válvula es diferente.
En función de la forma de accionamiento de la válvula de purga de cada purgador, estos pueden ser manuales o automáticos.
- Purgador manual. La válvula de purga se acciona de forma manual y el condensado solo sale cuando se abre. El tiempo de apertura o cierre depende de la decisión del operador. Solo se recomienda ponerlos en puntos de verificación del sistema de aire comprimido, es decir, en aquellos puntos de la instalación donde se quiera verificar si hay presencia de condensado o no.
Suelen ser habituales en los filtros de los FRL. Estos filtros suelen estar instalados a la entrada de las máquinas que requieren aire comprimido, punto en el que no debería haber condensado. En cualquier caso, los vasos de los FRL son transparentes y si el operador detecta condensado en su interior, puede purgarlo de forma manual con facilidad.
- Purgador de boya. Es el más habitual. Consiste en un recipiente que dispone en su interior de un mecanismo que lleva incorporado un flotador. Cuando se acumula el condensado en la parte inferior del recipiente, el mecanismo de apertura flota, accionando la válvula de apertura y dejando salir el condensado. Una vez vaciado el recipiente, el mecanismo vuelve a su posición original y la válvula se cierra hasta que se vuelva a acumular condensado nuevamente.
Es habitual ver este tipo de purgadores instalados en los filtros de línea.
- Purgador temporizado. Se trata de una electroválvula que dispone de un temporizador con el que se puede regular:
Este purgador es difícil de regular porque los tiempos se tienen que calcular en función de la experiencia del operador. Si se programa con tiempos de apertura cortos, se puede acumular mucho condensado en la línea y provocar un problema en el sistema.
Si por el contrario se programan tiempos de apertura demasiado largos, se producirá una pérdida de aire comprimido innecesaria y en consecuencia la ineficiencia del sistema de aire comprimido.
- Purgadores capacitivos. Estos son los más eficientes y a la vez los más costosos. Su funcionamiento es un poco más complejo que los anteriores. Disponen de un pequeño recipiente donde se va acumulando el condensado e incorpora una sonda que detecta cuando el condensado acumulado se debe purgar. En estos purgadores, el tiempo de apertura depende del nivel de condensado. Cuando el nivel es alto, la electroválvula se abre y cuando el nivel es bajo, la electroválvula permanece cerrada. De esta forma no se produce pérdida alguna de aire comprimido y la eficiencia de la instalación se mantiene constante.
Aunque su precio es más elevado que los anteriores, se suelen amortizar rápidamente al compensarse su coste con el ahorro energético que producen al evitar la pérdida inútil de aire comprimido.
Como regla general, el purgador se coloca en las zonas o equipos de un sistema de aire comprimido donde puede aparecer condensado.
Los purgadores de condensado se encuentran de forma habitual en equipos de filtrado, sistemas de tratamiento del aire comprimido como secadores frigoríficos, puntos de condensación dentro de los compresores o en los depósitos de aire comprimido.
Para su instalación siempre se buscará el punto más bajo del equipo de donde se quiere sacar el condensado. Salvo los purgadores capacitivos, el resto necesitan de un pequeño recipiente donde se acumule el agua condensada. Lógicamente, el purgador se instalará en la parte inferior de dicho recipiente.
Si hay que instalar purgadores en una línea de aire comprimido, se buscará una zona baja, final de línea o antes de un equipo al que el agua condensada pueda afectar.
Una vez localizada la mejor zona, se instalará un recipiente adecuado al caudal, presión y dimensionamiento de la instalación. Es recomendable que el recipiente sea un separador ciclónico de condensados, cuyo diseño permite condensar el agua en su fondo con gran eficiencia.
En la parte baja de ese recipiente se instalará el purgador que se considere más adecuado al proceso para el que se ha diseñado la línea de aire comprimido.
Como consejo, no olvidar nunca poner una válvula de corte entre el recipiente y el purgador, que permita aislarlo en el caso de avería o mantenimiento.
Una purga automática es un equipo que funciona por sí solo, sin necesidad de un accionamiento manual. Puede ser del tipo boya, electrónico o capacitivo.
La eliminación del agua condensada en un sistema de aire comprimido es vital para el funcionamiento del proceso. Si no se realiza la purga del condensado en el compresor, el agua producida por condensación durante el proceso de compresión pasará directamente al sistema de aire comprimido y contaminará el proceso, creando graves problemas en los equipos aguas abajo del compresor.
También se podrían producir problemas en el propio compresor, al mezclarse con el aceite de lubricación o quedarse acumulada en zonas del equipo que pueden provocar averías en el caso de paradas prolongadas o bajas temperaturas.
| Suscripción gratuita a la newsletter
| Consultar más Artículos del Área Técnica
| Contacto