La robótica industrial es una de las aplicaciones más extendidas de la robótica, debido a que su uso hoy en día abarca multitud de sectores como el automotriz, electrónica, industria alimentaria, farmacéutica, aeroespacial y otras muchas que necesitan automatizar sus procesos para aumentar su efectividad y reducir costes.
Pero la robótica no solo tiene un aspecto fundamental en la industria productiva. Existe un tipo de industria que está en continuo crecimiento y que consiste en la fabricación de esos robots.
La robótica industrial forma parte de la automatización industrial y por lo tanto es un elemento necesario de la Industria 4.0.
La robótica industrial diseña y fabrica robots industriales que permiten automatizar los procesos, realizando tareas repetitivas, complejas o que requieren de un esfuerzo elevado o un proceso peligroso.
Los trabajos realizados por un robot, diseñado para ese proceso, aumentan la efectividad y reducen el número de fallos o defectos.
La elección de un robot industrial, su ajuste y programación, es un trabajo complejo. Los ingenieros que se encargan de esta selección deben tener en cuenta múltiples factores que pueden influir en dicha elección.
Existen múltiples tipos de robots, articulados, cartesianos, colaborativos, etc, pero no todos pueden usarse en cualquier aplicación. Lo primero será el análisis del proceso para el que se va a emplear el robot y en base a ello se seleccionará el grupo y marcas más adecuados.
En segundo lugar, hay que analizar la carga útil que el robot debe soportar. En algunos procesos, los robots mueven piezas de gran tamaño o peso.
El grado de libertad de movimientos es otro de los aspectos importantes. No es lo mismo un trabajo en el que se realizan operaciones simples como puede ser la carga de pallets, que una operación compleja como el soldado por puntos del chasis de un coche.
Dependiendo del proceso que se desarrolle, el robot tendrá que trabajar con una velocidad de proceso, un grado de precisión determinado o un rango de operación, en función de la altura o longitud que tenga que alcanzar.
Con todos estos datos analizados, se podrá seleccionar uno o varios modelos. Será entonces cuando habrá que determinar el modelo que mejor se adapte al proceso a realizar, según el peso, tamaño, sistema de frenado, momento de inercia o nivel de seguridad requerido.
Es complejo definir con precisión los diferentes tipos de robots porque existen muchas variantes que en sí mismas pueden suponer una definición diferente, pero, de forma general, se pueden considerar los siguientes grupos:
Existe un tipo de robot que podría estar integrado en los anteriores y que se denomina colaborativo. No se incluye en los grupos anteriores porque, a diferencia de los modelos industriales, este robot se diseña para interactuar con el ser humano en un espacio y trabajo compartido.
La robótica colaborativa es una parte de la robótica industrial que aplica una tecnología específica para la realización de procesos en los que los robots trabajan en colaboración con las personas.
Aunque el desarrollo de su diseño está pensado para la realización de trabajos en determinados procesos industriales, su principal premisa es la seguridad de los operarios que trabajan con ellos.
Este tipo de robots o cobots son fáciles de usar y en algunos procesos disponen de un software que les permite aprender nuevas acciones.
Existe la controversia de si la robótica industrial está reemplazando a las personas. En el caso de los cobots o robots colaborativos no es así porque están diseñados para colaborar con las personas y no para sustituirlas.
Los robots industriales y colaborativos son capaces de realizar casi cualquier tarea. Es difícil destacar ejemplos concretos sin olvidar otros en los que también es posible su uso.
Algunos ejemplos son:
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