Cepsa construirá una nueva planta de biocombustibles de segunda generación (2G) en Palos de la Frontera, Huelva, que supondrá una inversión de hasta 1000 millones de euros. Esta nueva planta, que se ubicará en el Parque Energético ‘La Rábida’, producirá tanto diésel renovable como SAF (combustible sostenible para aviación, por sus siglas en inglés) y supondrá la creación de hasta 1600 puestos de trabajo, directos e indirectos, durante su fase de construcción.
Los biocombustibles 2G serán fabricados a partir de residuos orgánicos, como aceites usados de cocina o desechos agrícolas, entre otros. Estos biocombustibles fomentan la economía circular, al utilizar para su producción residuos que de otro modo terminarían en vertederos.
La utilización de biocombustibles puede llegar a reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2 respecto a los combustibles tradicionales, por lo que son un elemento clave para avanzar en la transición energética e impulsar la descarbonización del transporte, especialmente en sectores en los que la electrificación es muy compleja, como el transporte pesado por carretera, el aéreo y el marítimo.
La construcción de esta nueva planta responde al objetivo de la compañía de convertirse en esta década en un referente de la transición energética, y liderar la fabricación de biocombustibles en España y Portugal, con una producción anual de 2,5 millones de toneladas, de los que 800.000 toneladas serán de SAF.
En el marco de su estrategia 2030, Positive Motion, Cepsa está impulsando el desarrollo de un ecosistema centrado en acelerar su descarbonización y la de sus clientes, mediante la producción de moléculas verdes, principalmente hidrógeno renovable y biocombustibles.