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La industria alimentaria es una de las más importantes para la salud económica de un país y para la sociedad que lo compone. Y es que son las empresas pertenecientes a este sector las encargadas de producir, procesar y distribuir los alimentos para abastecer a la población.
En el ámbito europeo, el sector de la alimentación es el de mayor actividad de todas las industrias manufactureras, representan o hasta un 14,2% del total (con un valor superior a los 1.093.000 millones de euros). A nivel nacional, la industria de la alimentación y bebidas también mantiene la primera posición en la rama manufacturera del sector industrial, según los últimos datos de Estadística Estructural de Empresas del INE, suponiendo el 25,4% del sector manufacturero (126.354,1 millones de euros) y representando el 2,5% del PIB español.
El sector de la alimentación es básico para la población, no solo porque produce bienes de primera necesidad. También es crítico por la cantidad de empleo que genera. Solo en España, la industria de la alimentación y bebidas da trabajo a más de 500.000 personas, lo que supone un 21,4 % de todos los empleados de la industria manufacturera española y un 2,6 % de todos los empleados del país.
Así pues, resulta evidente la importancia de este sector, pero ¿cómo podemos garantizar su operatividad y evitar que cualquier fallo en la red eléctrica impacte negativamente sobre su continuidad? ¿Existen alternativas? En este sentido, los grupos electrógenos pueden marcar la diferencia entre que un apagón se quede en una anécdota o se convierta en un problema de magnitudes económicas incalculables.
¿Funcionamiento en continuo o al fallo de red? El punto de partida para definir los atributos de un grupo electrógeno para una industria del sector de la alimentación
La industria alimentaria, como ocurre con otras aplicaciones, demanda de forma mayoritaria soluciones energéticas para un funcionamiento en emergencia. Sin embargo, una localización con acceso restringido a la red eléctrica o una demanda de energía masiva exigen el uso de generadores para un funcionamiento en continuo.
Situarse ante uno u otro escenario se traducirá en la definición de unas especificaciones de producto diferentes, condicionando la selección del motor o exigiendo la integración de distintas prestaciones, como pueda ser la alimentación del generador desde depósitos de combustible externos mediante la incorporación de sistemas de trasiego automáticos, u optar por la incorporación de módulos de comunicación que permitan una monitorización y control del equipo 24/7/365, entre otros posibles ejemplos.
Respuesta rápida y sin complicaciones: la industria alimentaria exige fiabilidad y rapidez en la respuesta.
La heterogeneidad de industrias del sector de la alimentación hace que podamos enfrentarnos a distintos niveles de compromiso. El tamaño de la instalación y la naturaleza de las cargas que puedan estar presentes en la misma condicionarán el tiempo de respuesta o la entrada de los generadores que allí vayan a instalarse.
Por todo ello, realizar un análisis teórico previo de las demandas energéticas de las cargas de las instalaciones, atendiendo también a sus golpes de carga y evaluando convenientemente los periodos de funcionamiento que podrían producirse es crucial para no sobredimensionar la instalación, ni tampoco comprometer su funcionamiento.
Para maximizar la fiabilidad de la instalación es imprescindible hacer uso de componentes mecánicos, eléctricos y electrónicos de máxima calidad y que se encuentren abalados por fabricantes de reconocido prestigio.
Personalizar los grupos electrógenos en función de las necesidades concretas de la industria, fundamental para dar más sin disparar los costes
La calidad y fiabilidad de los grupos electrógenos son solo la base, pues existen otros aspectos igualmente significativos y solicitados de forma recurrente en este tipo de aplicaciones: contar con elevados niveles de autonomía que pudieran hacer frente a largos periodos de funcionamiento, sistemas de arranque seguros, o su comunicación con sistemas de telegestión son tan solo algunos ejemplos.
Todo esto debe ir siempre acompañado de un riguroso control de calidad en el proceso productivo y test de pruebas de rendimiento y funcionamiento de la máquina. Dichas garantías sólo pueden ser ofrecidas por un fabricante experimentado que integre la calidad en todos sus productos y procesos.
La prevención y un óptimo mantenimiento del generador, decisivos para que el generador funcione sin sorpresas
La anticipación es fundamental para garantizar el funcionamiento de los generadores. Por ello, equiparlos con módulos de comunicaciones que faciliten la monitorización y control del grupo electrógeno puede marcar la diferencia mientras se ahorra en costes operativos, facilitando un diagnóstico temprano de averías o favoreciendo la programación de eventos de mantenimiento.
Mediante la incorporación de este tipo de tecnología, también se aumenta la operatividad de los equipos al reducir las paradas de los generadores.
Grupos electrógenos para la industria alimentaria con diseño robusto, elevado equipamiento y máximas prestaciones
Los generadores Dagartech para grandes industrias alimentarias ofrecen un amplio equipamiento de serie, un diseño robusto e incluyen componentes de marcas de reconocido prestigio, estando indicados para su uso en aplicaciones, tanto para funcionamiento en continuo como para emergencia.
En función de las demandas energéticas concretas de la instalación, existen equipos de la gama Industrial o grupos electrógenos de Alta Potencia.
Su ubicación en sala o localización en exteriores condicionarán que éstos sean abiertos o insonorizados. En el segundo de los casos vendrán equipados con carrocerías insonorizadas, fabricadas en acero galvanizado de alta resistencia, y equipadas con lana de vidrio con revestimiento textil exterior, que podrán acompañarse de tratamientos superficiales anticorrosión. Estas prestaciones garantizan altos niveles de insonorización de la máquina, mientras se maximiza la durabilidad de la cabina.
También suelen incluir depósitos de gran capacidad, dotados con registro de limpieza.
Completan su equipamiento centralitas de control que permiten su funcionamiento en modo manual, automático o por señal. También baterías sin mantenimiento, desconectadores, o cargadores electrónicos de batería, entre otros.
Estos equipos han sido concebidos con la máxima de la versatilidad, por lo que las opciones de personalización son prácticamente infinitas.