Una EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) es una instalación que recoge las aguas residuales de ciudades o pueblos para depurarlas y tratarlas con el objetivo de que puedan ser enviadas nuevamente al cauce de los ríos más cercanos.
El nivel de depuración de las aguas residuales se ajusta a la normativa vigente donde se indican los límites máximos aceptables, en términos de contaminación, del cauce receptor.
Durante el proceso de depuración se producen unos fangos residuales que deberán ser tratados por la propia EDAR para adecuarlos a su uso final, como puede ser el compostaje.
Una Estación Depuradora de Aguas Residuales está formada por un conjunto de instalaciones que trabajan en serie para tratar las aguas que reciben, procedentes de las ciudades o pueblos cercanos. También existen estaciones de depuración más pequeñas, dentro de complejos industriales, para el tratamiento de las aguas procedentes de los procesos industriales.
Dependiendo del tamaño y procesamiento de la EDAR, se pueden definir tres líneas principales, relacionadas cada una con un proceso diferente:
Es la primera que recibe el agua bruta contaminada y en la que se procede con su limpieza y tratamiento. Este proceso consta de cuatro etapas.
1 - Pretratamiento
Limpieza de materias gruesas mediante los siguientes sistemas:
2 - Tratamiento primario
Eliminación de los sólidos en suspensión al menos en un 50% y para ello se siguen dos procesos:
3 - Tratamiento secundario
Proceso biológico consistente en la eliminación de los contaminantes mediante la acción de bacterias. En este proceso es muy importante disponer de un medio y ambiente controlado.
4 - Tratamiento terciario
En esta última etapa se trata de conseguir una mejora en el efluente depurado y mejorar dicho efluente de cara a su posterior utilización.
En esta línea se trabaja con el residuo principal de la EDAR, los fangos, para su proceso se realizan cuatro pasos:
Un subproducto en la fase de digestión anaeróbica es la obtención de biogás. Este biogás es muy útil en la propia EDAR porque puede usarse para la obtención de energía eléctrica para calentar los digestores y mantener el proceso estable o para agitar los fangos dentro del propio digestor.
No existe una clasificación de tipos de EDAR que tenga una definición clara y precisa. Dependiendo del tipo de aguas residuales a tratar, existen estaciones de depuración más especializadas en ese tipo de residuos.
Asimismo, no es lo mismo tratar aguas de origen urbano que de origen industrial. Incluso algunas industrias están obligadas a tener sus propias plantas de depuración especializadas en los residuos contaminantes que producen.
Todas las EDAR son sistemas inventados y desarrollados por el ser humano, pero existe una depuradora natural creada también por el ser humano pero que utiliza la naturaleza como instalación de tratamiento. Se trata de los humedales naturales o artificiales, en los que una combinación entre vegetación y bacterias depuran las aguas que llegan a ellos.
Las dos estaciones tratan y depuran el agua que reciben pero con objetivos diferentes.
La EDAR solo trata aguas de origen residual, tanto urbano como industrial. Una ETAP o potabilizadora, cuyas siglas significan Estación de Tratamiento de Agua Potable, solo trata agua destinada al consumo humano.
La potabilización del agua recogida en embalses y ríos se realiza con una serie de procesos entre los que se encuentran la sedimentación, el filtrado y el tratamiento de desinfección, también conocido como cloración.
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