El progreso de la humanidad en la era moderna se debe principalmente a lo que conocemos como Revolución Industrial. El cambio en la forma de hacer las cosas y cómo ha afectado al ser humano, tanto en su relación entre sí como en su forma de conocer y entender el mundo, se debe a estos periodos de industrialización y avances científicos.
La industria 4.0 o Cuarta Revolución industrial es la base del desarrollo actual, pero no se puede entender su funcionamiento e influencia sin conocer algunos detalles de periodos previos.
La máquina de vapor trajo consigo la posibilidad de industrializar los trabajos aumentando la capacidad de producción y un precio más competitivo en los productos terminados.
Asimismo, provocó un cambio social importante con un claro retroceso de la aristocracia en favor de la burguesía y una clase trabajadora que empezaba a conseguir mejoras derivadas de su salario.
El vapor es la primera fuente de energía aplicada a la maquinaria industrial. Si bien hubo otras fuentes anteriores como el aire comprimido (ver Historia del compresor. Del fuelle a la levitación) o la fuerza del agua, es el invento de la máquina de vapor el que sentó las bases de la industria que conocemos hoy en día.
La máquina de vapor fue el origen de una doble revolución, la industrial y la del transporte, gracias al cual la distribución de bienes y servicios aumentó exponencialmente.
El transporte terrestre por ferrocarril y el marítimo con barcos propulsados a vapor, permitieron también la exportación y por lo tanto el aumento de la fabricación de bienes para abastecer a un mercado en clara expansión.
La Primera Revolución Industrial tuvo lugar entre 1780 y 1840, principalmente en la Inglaterra del siglo XVIII.
Este nuevo periodo se extendió desde 1850 hasta 1914, fecha en la que se produjo la Primera Guerra Mundial, aunque en realidad se desarrolló hasta mediados del siglo XX. En la industria se produjo un avance transcendental gracias al cambio de conceptos productivos, fuentes de energía y materiales. La combinación de estos tres elementos sentó las bases para la industrialización moderna.
El descubrimiento y rápida implementación de nuevas fuentes de energía derivadas del petróleo y el uso del gas como combustible dieron a la industria de la época un impulso en el desarrollo de nuevos inventos y la mejora de los existentes en todos los ámbitos, sobre todo en los medios de transporte.
La implementación de un sistema de producción en serie, el Taylorismo, como se conoce este método organizativo en recuerdo de su promulgador Frederick Taylor, buscaba la forma de maximizar la mano de obra y el funcionamiento de máquinas y herramientas para reducir los costes aumentando la productividad. Un ejemplo del desarrollo de este sistema fue la fabricación en serie desarrollada por Henry Ford para la producción de su famoso Ford T.
La aparición del acero, una aleación de hierro y carbono como sustituto del hierro. Un material de alta resistencia, elasticidad, muy versátil a la hora de trabajar con él, que aportó a la industria una solución para todo tipo de fabricados de base metálica. El desarrollo de otras aleaciones, como el acero inoxidable o el aluminio.
El descubrimiento de la electricidad consiguió la automatización necesaria para las fábricas y el desarrollo del alumbrado público gracias a la lámpara incandescente inventada por Thomas Alva Edison en 1879.
Muchos fueron los inventos que se desarrollaron en este periodo, como los vehículos a motor, nuevos trenes y barcos, los aviones y todos ellos se desarrollaron durante la primera mitad del siglo XX.
A finales del siglo pasado aparecieron nuevos conceptos que tuvieron su máximo exponente en la primera década del siglo XXI:
Automatización, Comunicación y Energías renovables
Durante la Tercera Revolución Industrial o “Revolución científica”, algunos avances tecnológicos de la revolución anterior se perfeccionaron y desarrollaron para integrarlos en el día a día de ciudadanos y empresas. Avances tecnológicos importantes como la computación y con ello los ordenadores, Internet o la telefonía móvil, se estandarizaron para su uso masivo.
El ser humano empezó a viajar de forma rápida y segura a cualquier lugar del planeta e incluso al espacio, creándose la primera estación espacial orbitando alrededor de la tierra.
La Tercera Revolución Industrial fue un corto periodo de transición que se solapó con el siguiente periodo, la Cuarta Revolución Industrial.
Desde hace algunos años, se empieza a hablar de la Cuarta Revolución Industrial. Un nuevo periodo que no está claro cuando comienza, en el que empiezan a aparecer conceptos que lo definen:
Esta Cuarta Revolución Industrial es el periodo que estamos viviendo. Un nuevo periodo que está cambiando la forma de vida en la sociedad, el trabajo y la manera de relacionarnos con los demás o con las cosas. Un periodo que no sabemos hasta donde llegará, pero sí sabemos cómo ha comenzado.
El ser humano se enfrenta a un reto en el que una vez más tiene que adaptarse aprendiendo a convivir a diario con múltiples equipos de comunicación, sensores, información en tiempo real, en definitiva, datos millones de datos. Ese es el gran reto, manejar y almacenar millones de datos que deberán estar disponibles en tiempo real, de inmediato, para que todos los sistemas funcionen, las fábricas produzcan, los responsables puedan tomar decisiones, los políticos legislen, los médicos curen, los vehículos circulen.
La Industria 4.0 es la evolución lógica de la ciencia y la tecnología. Los avances que estamos viviendo han venido para quedarse y el ser humano ha sido su promotor.
Hasta ahora nunca había tenido un significado más evidente la palabra reinventarse. Aunque pueda parecer una situación insalvable, en la que los cambios podrían llegar incluso a destruir negocios o puestos de trabajo, hay que tener en cuenta que no es la primera vez que la humanidad se ha enfrentado a situaciones similares.
En cualquiera de las anteriores revoluciones industriales se ha pasado por un periodo de ajuste similar. Como en la primera, donde desapareció una gran cantidad de mano de obra en el campo y surgió la clase obrera. O en la segunda, donde se cerraron multitud de pequeños negocios artesanales y aparecieron gran cantidad de nuevas fábricas, comercios o negocios de transporte.
En la Cuarta Revolución Industrial, al igual que en las anteriores revoluciones hay muchos negocios que cierran, pero al mismo tiempo surgen nuevas oportunidades.
Netflix, Alibaba, Amazon o Cabify son algunas de las empresas que han surgido de la mano de las nuevas tecnologías. Aplicaciones como Google Maps o los sistemas de navegación (GPS) han favorecido la aparición de estos nuevos negocios o la adaptación de otros ya existentes con prestaciones y servicios más modernos y eficientes.
Hay que destacar que los nuevos negocios tienen dos características en común, la comunicación en tiempo real y el manejo de datos. La Cuarta Revolución Industrial es la revolución de los datos.
La sociedad genera y consume datos continuamente. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, hemos interactuado con cientos de sistemas, usando y generando datos. Comunicaciones a través del smartphone, tarjetas de crédito, GPS, ordenadores portátiles, cámaras de video vigilancia, viajes por avión, compras por Internet y otros servicios como hospitales o escuelas.
El equilibrio del sistema se basa en que todo y todos estemos comunicados y consumiendo o generando datos. El ser humano ha cambiado en la manera de actuar para poder sobrevivir. De estar conectado con la naturaleza en sus orígenes, a estar conectado con la tecnología en la actualidad.
El ser humano no tiene barreras en su avance tecnológico, si se retrasa, es porque aún no ha encontrado la solución no porque no la esté buscando. La Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0 es una realidad que avanza a tal velocidad que es posible que muy pronto, sin casi darnos cuenta, estemos inmersos en la Quinta Revolución Industrial.
Según algunos expertos, la Quinta Revolución Industrial es la reacción a los resultados positivos y negativos de las revoluciones anteriores. Los efectos que han producido esas industrializaciones durante años en nuestras vidas forzarán a una reacción de la humanidad en defensa del medio ambiente mediante la realización de cambios drásticos en nuestro estilo de vida con la aparición de nuevas tecnologías y procesos ambientalmente admitidos.
El desarrollo sostenible dejará de ser una mera especulación política para convertirse en una realidad obligada. La Quinta Revolución Industrial tendrá que solucionar los errores pasados, universalizar las soluciones tecnológicas y cambiar nuestro estilo de vida con una combinación de inteligencia, tecnología y humanidad.
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