Cepsa ha adjudicado a Técnicas Reunidas el contrato para la elaboración de la ingeniería de detalle de la mayor fábrica de biocombustibles de segunda generación (2G) del sur de Europa, que Cepsa va a poner en marcha junto a Bio-Oils, mediante una inversión de hasta 1000 millones de euros, en el Parque Energético La Rábida (Huelva).
La nueva planta, que utilizará desechos agrícolas y aceites usados de cocina como materia prima, contará con dos unidades de pretratamiento y tendrá una capacidad de producción flexible de 500.000 toneladas de diésel renovable y SAF (combustible sostenible para la aviación), destinada al transporte aéreo, marítimo y terrestre.
Técnicas Reunidas desarrollará la ingeniería, la gestión de compras y el apoyo a la gestión de la construcción de esta instalación. En concreto, el alcance de los trabajos adjudicados a Técnicas Reunidas incluye la unidad de combustibles renovables (RFU), la unidad de regeneración de aminas (ARU), la unidad de aguas ácidas (SWS) así como lo relativo a las unidades de generación de servicios, las interconexiones, el parque de tanques de almacenamiento y las instalaciones de carga y descarga de barcos y cisternas.
Técnicas Reunidas asignará un equipo de más de 180 profesionales expertos y le dedicará unas 500.000 horas de personal altamente cualificado para realizar la ingeniería en todas sus fases y los servicios de compras de equipos y materiales del proyecto, con apoyo a la gestión de la construcción a requerimiento de Cepsa.
Emilia Arias, directora de Tecnología de Técnicas Reunidas, ha subrayado que “con esta adjudicación, Técnicas Reunidas refuerza su posición en el ámbito de la economía circular. Estos servicios contribuirán a la definición de esta planta emblemática, con un alto contenido tecnológico. Este proyecto se enmarca en la estrategia puesta en marcha por Técnicas reunidas para el incremento de contratos por servicios”.
Los combustibles sostenibles desarrollados en esta nueva planta evitarán la emisión de 1,5 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que equivale al 30% de las emisiones de la provincia de Huelva. La utilización de biocombustibles puede llegar a reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2 respecto a los combustibles tradicionales, por lo que son un elemento clave para habilitar una transición energética justa e impulsar la descarbonización del transporte, especialmente en sectores en los que la electrificación es compleja, como el transporte pesado por carretera, el marítimo y el aéreo.