Dentro de su apuesta por la innovación y la promoción de la economía circular aplicada a la gestión integral del ciclo integral del agua, FACSA pondrá en marcha un proyecto pionero que facilitará la depuración de las aguas residuales que se generan en la industria petroquímica, así como el aprovechamiento de dicho proceso para generar productos de valor añadido.
El denominado proyecto TRAP es una iniciativa que permitirá poner en marcha un nuevo sistema de tratamiento diseñado específicamente para las aguas que se generan en este tipo de industrias, que destacan por su complejidad.
Para ello, se empleará un nuevo sistema de tratamiento anaerobio que contribuirá a minimizar el volumen de reactor y garantizará la estabilidad del sistema biológico de depuración.
Entre otras ventajas, la aplicación del nuevo sistema permitirá reducir el consumo energético derivado del propio proceso de tratamiento, así como producir biogás a partir de las aguas residuales tratadas.
Según Rubén García, investigador principal de TRAP y técnico de I+D de FACSA, “los efluentes de las aguas residuales procedentes de la industria petroquímica suelen caracterizarse por presentar una elevada carga orgánica y temperatura, lo que los hace especialmente atractivos para aplicar tecnologías de depuración anaerobias que permitan degradar, e incluso revalorizar, los compuestos presentes en estas aguas, y además con un menor coste energético y una mínima generación de fango”.
El proyecto tendrá una duración de tres años y contará con la participación de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Cuenta con un presupuesto de 572.974 euros cofinanciados por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI).