Alcanzar la máxima eficiencia y mayor disponibilidad de la maquinaria es la ambición de toda la industria. En paralelo a esta optimización de los procesos productivos, también creció la necesidad de medir los impactos medioambientales, para sí y para toda la cadena de valor.
Los equipos son cada vez más pequeños, pero a la vez deben entregar mucha más potencia, por eso estos deben ser más robustos. Al igual que cada componente en una maquinaria, la elección del lubricante y de los planes de lubricación de reductores es esencial para para lograr mejores resultados. Y, principalmente, que esos resultados sean medibles.
Además de la eficiencia operativa, la correcta lubricación de los reductores aporta beneficios asociados como una reducción aún mayor en la tasa de desgaste del equipo y, por lo tanto, aumento de su vida útil, así como también un menor consumo de energía para un mismo trabajo. En este sentido, esta conjunción se traduce en protección ambiental y reducción de la huella de carbono. Y como bien decíamos, la posibilidad de medición permite a las empresas reportar en sus informes de sustentabilidad los resultados de los principios ESG (Environmental, Social, and Governmental según sus siglas en inglés), visibilizando sus acciones ante el mercado.
Ahora bien, ante la pregunta sobre qué lubricante elegir y por qué, es preciso aclarar que las necesidades de cada máquina son específicas y varían dependiendo de cómo se opere, mantenga y envejezca el equipo. Sin embargo, las tecnologías de los lubricantes sintéticos son superiores y ayudan a este objetivo. La diferencia más importante entre los aceites lubricantes sintéticos y los minerales son sus arreglos moleculares. Mientras que los minerales poseen moléculas hidrocarbonadas que tienen diferentes tamaños y formas dada su configuración, en los sintéticos son iguales y van acompañados de menos derivados/impurezas contenidas en el petróleo como ceras, azufre, etc., lo que le confiere un menor coeficiente de fricción interna, facilitando el movimiento y así la operación del equipo con un menor requerimiento de energía para vencer esa fricción.
Para extraer el máximo de esta tecnología, las compañías trabajan en lograr formulaciones adecuadas para sus productos. Y, como regla general, cuanto mayor desarrollo tecnológico tenga ese lubricante, mayor será la eficiencia energética obtenida en un equipo.
El seguimiento también es un factor importante. Es preciso un equipo dedicado que pueda identificar fallas de manera prematura, incorporar los productos y tecnologías que sean acordes para cada aplicación, teniendo en cuenta la realidad operativa; equipos y especificaciones del fabricante, entre otros criterios; diseño de un protocolo de lubricación y, finalmente, la supervisión y evaluación del rendimiento del equipo.
Un caso concreto y de cómo el lubricante impactó en la eficiencia energética es el de una compañía minera situada en Brasil. La planta de molienda de mineral de hierro, que consta de 4 molinos motorizados por 2 conjuntos Moto-Reductor cada uno, consumía, en el orden de 1,5 M USD en energía eléctrica por año. Luego de un análisis, se decidió seleccionar un reductor para realizar el test en 2 etapas, utilizando un lubricante sintético de nuestra marca durante un período de 6 meses y así relevar datos, para luego volver a otro período de 6 meses con el lubricante mineral, de manera tal de verificar los resultados. Este proceso se repitió dos veces.
Ambos reductores fueron estudiados en condiciones operativas de funcionamiento idénticas y se registró que con el lubricante sintético de la marca Mobil hubo una reducción del consumo de energía eléctrica en un 1.56 %, lo que significó un aumento de 0.55 % de eficiencia energética. A su vez, se estimó una productividad de más de 38,5k USD/año, y una reducción anual de más de 230 toneladas de dióxido de carbono, para toda la planta consiguiendo así mejorar sus indicadores de ESG.
En resumen, la combinación de los productos adecuados más el seguimiento de profesionales en los procesos, garantizará el éxito operativo en términos de productividad y protección del ambiente.
Por Jorge Martín, gerente comercial de la marca de lubricantes Mobil.