Iberdrola ha finalizado la ampliación del mayor complejo hidroeléctrico de Galicia, tras la puesta en marcha de la nueva central de San Pedro II, inaugurada ayer por el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, en la Cuenca del Sil, en el término municipal de Nogueira de Ramuín (Ourense).
La puesta en marcha de esta instalación supone el broche final a la ampliación del complejo hidroeléctrico Santo Estevo-San Pedro, llevada a cabo por Iberdrola desde 2008, proyecto en el que la compañía ha invertido cerca de 200 millones de euros y se ha proporcionado empleo a casi 800 personas.
Este proyecto ha servido para impulsar el tejido empresarial gallego: solo en la construcción de San Pedro II han participado 80 empresas locales, cifra que se eleva hasta las 200 si se suman las que ya lo hicieron en la ampliación de Santo Estevo.
El presidente de Iberdrola ha explicado que "para una compañía como Iberdrola, ligada a la tecnología hidroeléctrica desde su nacimiento hace 115 años, y de la que hemos sido el principal impulsor en España, lograr este nuevo hito en el aprovechamiento del Sil es un enorme motivo de orgullo que refuerza, además, nuestro compromiso con el fomento de las energías renovables, imprescindibles para reducir las emisiones y avanzar hacia un modelo energético sostenible".
La nueva central hidroeléctrica de San Pedro II, planta que actúa como contraembalse de Santo Estevo, modulando el caudal del río Sil, ha permitido aprovechar plenamente la ampliación ejecutada en Santo Estevo, incrementando el aprovechamiento energético de un recurso autóctono y renovable, con respeto por un entorno de excepcional valor ecológico.
Los 500 megavatios (MW) de potencia total que aportan estas centrales, tras las dos ampliaciones llevadas a cabo en los últimos años, son capaces de suministrar energía renovable libre de emisiones a más de 320.000 hogares gallegos.
Esta ampliación casi enteramente subterránea y realizada en tiempo récord, para reducir al mínimo el impacto ambiental y visual, contribuye a mejorar el turismo en la Ribeira Sacra y Cañones del Sil, ya que los embalses permiten que grandes tramos de los ríos sean navegables por embarcaciones turísticas.