Viseras, mascarillas o incluso respiradores, nada se le resiste a la fabricación aditiva y la impresión 3D, que durante estos días ayuda al sector sanitario en su lucha contra el COVID-19. Estas últimas semanas se ha puesto de manifiesto la importancia de la fabricación aditiva, configurándola como una solución rápida, adaptable y de gran utilidad ante la escasez de recursos para abordar la crisis.
Gracias a las diferentes iniciativas que están surgiendo en torno a la impresión 3D, se ha incrementado la producción de material médico a demanda y a nivel local, con la ventaja adicional de liberar a España de la dependencia de importaciones de otros países.
Muchas de las empresas industriales que están ofreciendo respuestas tecnológicas para contribuir a controlar la epidemia asistirán a la XIII edición de MetalMadrid y Composites Spain, que se celebrará en IFEMA del 30 de septiembre al 1 de octubre y donde los visitantes podrán conocer las propuestas más punteras.
Sicnova, empresa especializada en la aplicación de fabricación aditiva y escáner 3D para sectores industriales como el aeroespacial, la arquitectura, automoción, medicina, educación, electrónica y el mecanizado, está actuando como operador logístico de un proyecto orientado a que cualquier persona que tenga una impresora 3D en su casa pueda fabricar accesorios médicos, fundamentalmente mascarillas y viseras. La compañía inició una campaña el 29 de marzo y en menos de 24 horas recibió 2.000 solicitudes de colaboración de particulares dispuestos a producir material sanitario con sus impresoras.
Por su parte, el Grupo Solitium, otro importante expositor en MetalMadrid y Composites Spain, ha puesto a trabajar a sus expertos e ingenieros para atender las demandas que llegan desde los diferentes hospitales. Miguel Ángel Mora, ingeniero responsable de los Servicios de Ingeniería 3D del Grupo, asegura que hasta el momento han conseguido fabricar diariamente 240 viseras de soporte para las pantallas de protección: “se trata de una pieza sin compromiso a nivel normativo y que podemos producir tanto en poliamida como en otros materiales”, recalca.
Codesol es otra de las empresas de componentes industriales que se ha sumado a la lucha contra el COVID-19. En este caso, a través de la comunidad Coronavirus Makers, un equipo de voluntarios en red que trabaja incansablemente en ofrecer soluciones prácticas para ayudar al sector sanitario. Codesol está colaborando en el abastecimiento de protectores faciales y de abridores de puertas con manos libres, ya que son una herramienta de gran utilidad para prevenir el contagio. Cuenta con una capacidad productiva de 9 protectores faciales y 5 abridores de puertas con manos libres al día. Todos ellos van destinados principalmente a hospitales y centros de salud locales y su intención es empezar a distribuirlos también en residencias de ancianos.
El Colegio Salesianos de Atocha en Madrid, cuyos alumnos de FP son asiduos visitantes de MetalMadrid, está participando en un proyecto perteneciente al grupo de vecinos del distrito de Arganzuela, para producir pantallas de protección con impresoras 3D. En total, cuentan con 45 máquinas, algunas procedentes de otros centros educativos públicos y privados de Madrid que, hasta el pasado 9 de abril, les permitieron fabricar más de 2400 viseras de protección, conseguidas en jornadas de 11 horas durante todos los días de la semana. Asimismo, han creado 60 válvulas de emergencia para respiradores hospitalarios. “Cada mascarilla de protección requiere de alrededor de dos horas y media para su fabricación. Sin embargo, producir una válvula para respiradores necesita de casi 6 horas”, cuenta José Luis Esquivias López, coordinador de la Escuela Empresa del Colegio Salesianos de Atocha.
La próxima edición de MetalMadrid y Composites Spain presentará a los profesionales del sector las ofertas más punteras en Additive Manufacturing, con compañías dedicadas íntegramente a la industria 4.0. Uno de los puntos fuertes de la feria será la difusión del conocimiento de estas empresas, derivada de su experiencia durante la crisis. Sin duda, constituirá un espacio que permitirá la puesta en común de buenas prácticas y casos de éxito relacionados con la fabricación aditiva y la impresión 3D, como respuesta rápida y eficiente en la lucha contra el COVID-19.