STILL ofreció durante el reciente webinar “Energía” una visión general de las características de los distintos sistemas de energía y dieron a conocer sus características de forma exacta, clara y práctica.
La energía importa cada vez más en intralogística. La Unión Europea busca alcanzar una economía neutra desde el punto de vista climático antes de 2050; Alemania incluso pretende llegar a este objetivo antes. Para conseguirlo, las emisiones de CO2 deben evitarse en la medida de lo posible o almacenarse en la misma medida en que se emiten. En este sentido, la Comisión de la UE y los distintos países están imponiendo leyes y reglamentos para obligar a que todos contribuyan. El aumento de los impuestos sobre el CO2, el encarecimiento de los certificados de emisiones y la prohibición total de los motores de combustión interna, que hará obligatoria la conducción eléctrica de todos los vehículos antes de 2030, son algunas de las medidas que buscan promover el cambio.
Además, los consumidores tienen cada vez mayor sensibilidad a encontrar servicios y productos con una neutralidad climática. En este contexto, las compañías trabajan por asegurarse de que sus cadenas de suministro cumplen con los requisitos de sostenibilidad. Los proveedores, por ejemplo, deben presentar certificados sobre la proveniencia de las materias primas, las condiciones productivas y la huella de CO2. Así, un buen balance ecológico es también una ventaja competitiva.
El consumo y el uso de la energía deben gestionarse con inteligencia. En intralogística, este proceso comienza con la selección del sistema energético adecuado para accionar las carretillas industriales. Entre las opciones actuales se encuentran las baterías de plomo, la tecnología de iones de litio o los sistemas de pilas de combustible. Pero sea cual sea el sistema escogido, la decisión tendrá un significativo impacto. Para tomar una decisión sostenible y económicamente eficiente, hay que tener en cuenta los procesos de transporte, el rendimiento de manipulación deseado, el tipo de vehículos y, por supuesto, la infraestructura del almacén.
Según Björn Grünke, director de producto de sistemas energéticos, esto lleva a cinco criterios que ayudan a identificar cuáles son los mejores sistemas: disponibilidad del vehículo, tipo de infraestructura, costes de adquisición y funcionamiento, así como sostenibilidad.
Tecnología de iones de litio
Las baterías de iones de litio pueden cargarse de forma provisional en cualquier momento, y en muy poco tiempo, sin provocar daños en la batería ni acortar su vida útil. Esto permite utilizar el vehículo de forma flexible, las 24 horas del día, sin tener que cambiar la batería: la tecnología de iones de litio garantiza así la máxima disponibilidad incluso en el funcionamiento durante varios turnos. Y en cuanto al tiempo de carga: en la mayoría de los casos, como nos ha demostrado la experiencia, una hora de carga supone hasta tres horas de conducción. Además, este sistema energético plantea muy pocas exigencias a la infraestructura.
Respecto a los costes de inversión, el contexto es diferente: las baterías de iones de litio siguen teniendo un precio de compra más elevado que las de plomo-ácido. Es entre dos y tres veces más alto. El sistema también destaca en materia de sostenibilidad. Las opciones de carga y control para aumentar la eficiencia se siguen desarrollando constantemente, al tiempo que se reducen los costes de adquisición del sistema.
Sistemas de pila de combustible
Lo especial de este sistema energético es que la electricidad se genera dentro del vehículo y ya no proviene del enchufe. Esto incluye la propia pila de combustible, los llamados stacks, que convierten la energía almacenada en el hidrógeno en energía eléctrica. Esta energía se utiliza para cargar la batería de iones de litio integrada, algo que es necesario para suministrar al vehículo energía continua. También forma parte del sistema un depósito de hidrógeno de alta presión, que incluye una boquilla de repostaje y otros componentes. Es un sistema "todo en uno".
Como el sistema no tiene que cargarse, sino repostarse, no hay tiempo de inactividad en los cargadores o tomas de corriente. Tras solo 2-3 minutos en el surtidor de hidrógeno, el vehículo vuelve a estar disponible a plena capacidad. Esto crea una flexibilidad máxima en cuanto a los tiempos de funcionamiento y permite afrontar las duras exigencias y/o el funcionamiento en varios turnos sin restricciones. La experiencia demuestra que el llenado de un depósito puede permitir hasta ocho horas de uso, según el tipo de vehículo y su utilización.
Sin embargo, el hidrógeno necesario debe ser suministrado por un camión cisterna. O puede ser completamente independiente y producir el hidrógeno usted mismo con su propio electrolizador en las instalaciones. Sin embargo, esto requiere electricidad adicional. Para no emitir CO2 en el proceso, es posible producir energía "verde" mediante una turbina eólica y/o fotovoltaica.
En cuanto a los costes de inversión: por un lado, un vehículo "preparado para pila de combustible" debe comprarse nuevo de fábrica. Por otro lado, surgen costes para la adquisición del sistema de pila de combustible adecuado. Su precio es actualmente entre 4 y 5 veces superior al de una batería de plomo. Y crear la infraestructura necesaria sigue requiriendo elevadas inversiones, por lo que actualmente apenas es posible utilizar de forma rentable las pilas de combustible para vehículos. Sin embargo, los programas de financiación a nivel nacional y europeo están contribuyendo a que este negocio sea "verde" en términos económicos en el futuro. Existen subvenciones tanto para el equipamiento de los vehículos como para la infraestructura.
La eficiencia de un sistema energético depende siempre de la aplicación concreta. No existe un sistema único para todas las aplicaciones. Los expertos de STILL ofrecen orientación en este contexto durante el webinar, pero también están disponibles en cualquier momento para ofrecer asesoramiento.